Implementar prácticas sostenibles en las empresas es esencial para alcanzar un futuro habitable. Hemos recogido algunas estrategias que las compañías deberían adoptar en su camino hacia la sostenibilidad. Y queremos compartirlas contigo. Porque solo juntos daremos forma a un mañana sostenible y responsable.
Cómo implementar prácticas sostenibles en tu empresa
Por suerte, cada vez somos más conscientes del impacto ambiental y social de nuestras acciones. Es por eso que la sostenibilidad se ha convertido (o debería haberse convertido) en una prioridad para las empresas. Porque implementar prácticas sostenibles ayuda a proteger el medio ambiente, que es de lo que se trata, pero además puede generar importantes beneficios económicos y fortalecer su reputación. Vamos a explorar algunas estrategias para aplicarlas.
Medir el impacto
Antes que nada, resulta fundamental determinar cuál es el impacto ambiental y social de las operaciones en las que está involucrada la empresa. Para eso, hay que hacer una evaluación lo más precisa posible que pueda localizar aspectos que mejorar y definir unos objetivos claros. Es muy importante tener en cuenta factores como el consumo de energía, las emisiones de gases nocivos, la gestión de residuos y la cadena de suministros para detectar esas oportunidades de diseño regenerativo.
Apostar por la eficiencia energética
La eficiencia energética, un aspecto clave de la sostenibilidad empresarial. Una buena manera de reducir su huella de carbono es a través de medidas como la instalación de luces LED, equipos de bajo consumo energético y adoptando políticas de apagado automático. Además, invertir en fuentes de energía renovable como paneles solares es una opción sensata para disminuir la dependencia de los combustibles fósiles.
Fomentar el uso responsable del agua
El agua es un recurso cada vez más escaso y valioso. Para frenar su despilfarro pueden llevarse a cabo medidas de conservación, como la instalación de dispositivos de bajo flujo en los grifos, la recolección de agua de lluvia y la optimización de los procesos de producción. Más allá de esto, gestionar las aguas residuales para evitar la contaminación de ríos y océanos debería estar entre los principales objetivos de cualquier compañía.
Optimizar la gestión de los residuos
Otra medida sostenible que tiene que considerar y aplicar cualquier empresa hoy en día es la gestión adecuada de sus desperdicios. Para eso hay muchas alternativas. Sistemas de reciclaje y compostaje en las instalaciones, reducción del consumo de productos de un solo uso, fomentar la reutilización… También colaborar con proveedores que practiquen la sostenibilidad en su cadena de suministro y trabajar en conjunto para reducir el embalaje innecesario.
Promover el transporte sostenible
Como uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero, los medios de transporte alimentados por combustibles fósiles suponen otra buena oportunidad para cambiar las cosas. Las empresas pueden contribuir animando a sus empleados a utilizar el transporte público, a compartir coche o a desplazarse en bicicleta. Y pueden hacerlo mediante incentivos, pero también pueden facilitar el trabajo en remoto y la flexibilidad horaria, con la disminución de la huella de carbono que eso supone.
Responsabilidad social y buena gobernanza
Pero la sostenibilidad no solo se ejerce a nivel medioambiental. El cometido de toda empresa responsable incluye promover la igualdad y la diversidad entre sus trabajadores, además de asegurar su desarrollo y su bienestar. Lo mismo que favorecer en la medida de sus posibilidades a la comunidad que la rodea.
En relación a esto, se deben seguir prácticas transparentes, éticas y responsables. Dentro del plano financiero, sí, pero también en cualquier otro ámbito.
Educar y concienciar
Por último, evangelizar en prácticas sostenibles en particular y sostenibilidad en general, puede tener un impacto que traspase con mucho las puertas de la compañía. Bien sea mediante programas de capacitación, talleres, seminarios o materiales didácticos. Es importante también informar sobre las labores que se están ejecutando en este sentido dentro de la empresa. Tanto a las personas que forman parte de ella como a las que no. De esta manera aumenta la influencia de esta clase de acciones en la comunidad y se traduce en una mayor participación en ellas.
Todas estas medidas requieren esfuerzo. También tiempo. Requieren constancia y compromiso. Nada comparado con los beneficios que son capaces de reportarnos a todos, como colectividad. Por otro lado, las empresas pueden sentirse satisfechas por saber que están haciendo las cosas bien. Lo que ayudará a reportarles, por si esto fuera poco, grandes rendimientos. A nivel económico y de marca.
La sostenibilidad es más que un deber. Es también la ocasión de crear un futuro. Ya no mejor o peor. Un futuro, simplemente. Sin sostenibilidad, no lo habrá.