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A menudo, medir el impacto de una iniciativa se traduce en cuantificar lo que parece intangible: la comunicación, la reputación o el valor social. Eso mismo buscaba el equipo de Angelini Pharma cuando aterrizó en Impact Hub Barcelona. Olga Insua, directora general en España, y Natalia Armstrong, Responsable de Comunicación y Asuntos Públicos, nos cuentan cómo ha sido el proceso junto al equipo de Programas y Consultoría.

Angelini Pharma es una empresa farmacéutica con más de 100 años de experiencia. Desde hace diez, su delegación en España colabora anualmente con Banco Farmacéutico con una donación económica fruto de un contacto entre ambas instituciones. Cuando Olga Insua entró como directora general en Angelini Pharma España, se marcó el propósito de replantear la relación con el Banco para sacar su máximo potencial. Insua se dió cuenta que, en sus inicios, la donación había sido diseñada sin demasiada estrategia previa y quería comprobar si existía un margen de mejora.

“¿Se trataba solamente de una acción de responsabilidad social corporativa o podíamos ir más allá?”, se preguntó también Natalia Armstrong, responsable de Comunicación y Asuntos Públicos, recién aterrizada en la empresa como Insua. En primer lugar, cuando la colaboración con el Banco Farmacéutico cumplía diez años, el equipo de Angelini decidió modificar el trato: más allá de la dotación económica, se empezaron a organizar batidas de voluntarios y donaciones de productos farmacéuticos. Sin embargo, no quedaron del todo convencidas y, unos meses más tarde, decidieron medir el impacto de su relación con el Banco.

“Para mí, resultaba interesante cuantificar nuestra colaboración, que puede resultar algo abstracta. Era también un reto de aprendizaje. Por eso ha sido muy interesante encontrar a una organización (Impact Hub Barcelona) capaz de hacerlo, que tiene el método para llevarlo a cabo”, explica la directora.

Meses de análisis junto a Impact Hub Barcelona

Elena Badia y Cora Picasso, responsables del área de medición de impacto del departamento de Programas y Consultoría de Impact Hub Barcelona, han trabajado durante semanas desde cerca con Angelini Pharma. Toda la dedicación ha quedado plasmada en tres sesiones en el Hub y las oficinas de Angelini con parte del equipo de la farmacéutica.

“En la primera sesión, íbamos con la mente muy abierta, realmente nadie sabía qué íbamos a hacer exactamente”, cuenta Olga. La sesión consistió en entender la metodología de medición y gestión del impacto que se iba a usar y, sobre todo, definir los objetivos que Angelini Pharma tenía respecto a su colaboración con el Banco Farmacéutico.

A lo largo de los tres encuentros, y con el objetivo de tener una visión variada y rica, Angelini Pharma acudió con el mismo grupo de su equipo, formado por perfiles de áreas de la empresa distintas (logística, marketing, recursos humanos, dirección…) y con recorridos de tiempo muy distintos dentro de ella.

“Cuando empezó la colaboración con Impact Hub, fue como escuchar una canción y que nos gustara la música, pero no fuéramos capaces de entender la letra. Todas las personas dentro del equipo de Angelini queríamos bailar, saber cómo terminaba la canción, pero nos faltaba una información importante”, cuenta Armstrong. “Poco a poco, fuimos entendiendo lo suficiente como para acabar cantando”, asegura.

La segunda parte, que se desarrolló en múltiples sesiones, consistió en recopilar datos de los grupos de interés de Angelini Pharma para entender el efecto que estaba teniendo hasta el momento su intervención con el Banco Farmacéutico. En este proceso, Elena y Cora realizaron varias entrevistas de profundidad. Por un lado, a trabajadores de Angelini, pero también a varios actores del Banco. La intención era entender cómo funcionaban ellos, cómo medían sus acciones y la colaboración con Angelini y, en general, profundizar en la empresa para también crear nuevas oportunidades. Además, se habló directamente con entidades que estaban en contacto directo con los beneficiarios de la colaboración entre Angelini Pharma y Banco Farmacéutico, como la parroquia de Santa Anna o la Fundación Áurea.

Después de todo este deep dive, se podía plantear una modificación de las prácticas para ajustarlas mejor a las necesidades de las dos entidades. La medición del impacto no solo muestra el valor que una empresa ya ha creado, también permite la integración del desempeño social y ambiental en cada etapa de la intervención.

“Fue muy útil. Hemos crecido profesionalmente, pero también personalmente. Analizar nuestra colaboración con Banco Farmacéutico junto a Impact Hub, nos ha hecho entenderla y sentirnos muy orgullosos de ella”, cuenta Natalia.

Primero medir, después pasar a la acción

“La colaboración con el Banco Farmacéutico contribuye a nuestra estrella polar como compañía”, insiste Natalia Armstrong, a lo que añade que “como Angelini Pharma, se nos piden productos efectivos y seguros. Pero actualmente, la sociedad demanda que vayamos un paso más allá. En nuestro caso, ese paso es asegurarnos que los productos que ponemos a su disposición realmente lleguen donde hacen falta, a un lugar en el que realmente exista pobreza farmacéutica”. Medir el impacto de la iniciativa junto a Elena Badia y Cora Picasso ha sido vital para entender si esta pobreza farmacéutica estaba siendo atendida desde los medios que tiene la empresa.

“Por encima de todo, hemos sacado una conclusión: vale la pena seguir con la colaboración, pero debemos pulir y alinear los objetivos con el Banco Farmacéutico para lograr un impacto aún más positivo”, cuenta Olga.

La directora general de Angelini Pharma España concluye que la “experiencia en Impact Hub Barcelona es muy positiva. Especialmente porque ahora, desde nuestra empresa, tenemos datos para defender la iniciativa social que estamos llevando a cabo junto al Banco. Podemos explicar con claridad su potencial y justificar por qué creemos necesaria y positiva su continuidad”.